El verso 3 de Lucas nos deja ver algunas cosas que tienen que ser vital en la vida de un Cristiano.
"Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud."
Cuando Jesús habla, y le deja saber a Simón que "la apartase de tierra un poco", en referencia a una de las barcas en el lago de Genesaret, entiendo, que Dios nos llama a dejar de lado por un momento lo que nos agobia, desvía de la palabra de Dios y nos estorba en nuestro andar diario.
Observen algo importante: Jesús se metió en la barca y se dedicó a enseñar a la multitud.
Ahí está la historia. Apartarse de tierra un poco, para poner la mente, el corazón y el espíritu en las cosas de Dios; en sus enseñanzas, en la oración, en llenar el espíritu de su presencia, su palabra, en lo que Dios quiere tratar con nosotros.
Hay veces que necesitas retirarte un tiempo para fortalecer tu relación con el creador. Creo firmemente que fuimos diseñados para caminar con Él.
Después de enseñar a la gente, les pide que lo lleven mar adentro. Los pescadores, experimentados, con muchas millas recorridas, noches enteras en medio de tormentas monstruosas iban a ser testigos de algo extraordinario, fuera de toda experiencia laboral.
Jesús los invita a tirar las redes. Imagino las miradas en ese momento, luego de varias horas sin sentido y con barcas vacías.
Obedecieron, y ese es otro punto clave en este capítulo 5. La obediencia los llevó a una pesca milagrosa. Jesús enseña lo que desata la obediencia, los lleva a fortalecer su fe e impregnarse de las cosas de Dios. Fue tan fuerte ese momento, que la biblia describe en el verso 11, cuando llegaron a tierra, "dejaron todo y lo siguieron".
Tomate un tiempo para dejar toda situación de lado, "apartarse de tierra un poco", y que Jesús a través de su palabra guíe tus pasos.
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